Basta que dos personas entren en contacto para que surjan las diferencias y los potenciales conflictos entre ellas: diferencias con nuestros hijos, cónyuge, subordinados, jefes, clientes, proveedores, etc. Como las diferencias no se pueden eliminar, la capacidad de manejo de las mismas se transforma en la destreza crítica para salir adelante. Un manejo inadecuado de las diferencias se transforma en fuente de desgastadores conflictos que deterioran las relaciones, el trabajo en equipo y la convivencia, abriendo grandes forados por donde drenan nuestras mejores energías. Nuestros programas desarrollan y fortalecen las destrezas claves para manejar de manera adecuada las diferencias entre las personas.