Señor Director:
A propósito de los resultados de la encuesta sobre felicidad de Cimagroup publicada ayer en la Sección Vida y Salud, me gustaría señalar lo siguiente:
El estudio de la felicidad, un tema de punta en el quehacer científico actual, muestra que el nivel de felicidad de las personas se ve impactado por tres grupos de factores. En primer lugar, aproximadamente el 50% del nivel de felicidad se explicaría por lo que se conoce como “rango fijo”, el que estaría determinado por un alto componente hereditario. Un 40% del nivel de felicidad tiene que ver con factores cuyo manejo está al alcance de las propias personas, en forma bastante independiente de las circunstancias de vida. Las investigaciones en este último ámbito, enmarcadas dentro de la Psicología Positiva, la más reciente y promisoria rama de la psicología, están generando herramientas y tecnologías de “self-manaagement” que están resultando de alto impacto en la generación de niveles de felicidad sustentables y sostenidos en el tiempo, independientemente de las circunstancias y desafíos que la vida nos haya puesto por delante.
Sólo un 10% del nivel de felicidad estaría explicado por las circunstancias o factores externos que afectan a las personas, tales como el nivel socio-económico, la educación o el estado civil y todos aquellos que se exploran en estudios como el dado a conocer por la consultora Cimagroup. Por ejemplo, en naciones como EE.UU., Japón y Francia el poder adquisitivo se ha duplicado, pero el nivel de felicidad se ha mantenido sin variación.
El estudio de otros tipos de circunstancias, como el matrimonio, muestran una correlación entre éste y el nivel de felicidad pero, cuando se ha investigado la relación de causalidad a través de estudios mejor controlados, muestran que el matrimonio no incrementa la felicidad, sino que la relación de causalidad sería a la inversa: personas más felices son capaces de tener y mantener relaciones familiares de mejor calidad.
Son muchas las razones por las que hay que mejorar las circunstancias en que viven las personas, su nivel educacional, las condiciones físicas y ambientales, los niveles de ingreso y la paz social. Pero si lo vamos a hacer para que la gente sea más feliz, vamos a terminar muy frustrados.
El trabajo más importante para esto pasa por educar a las personas a trabajar con sus propias emociones, en especial las positivas.
Claudio Ibáñez S.
Psicólogo
Director Ejecutivo
Enhancing People S.A.
Instituto Chileno de Inteligencia Emocional